viernes, 3 de agosto de 2007

PIELES

Con su tendencia a reducirlo todo al mínimo común denominador, nuestra época empuja hacia los pensamientos débiles, las ideas tranquilizadoras y las filosofías del statu quo. De nada sirve, pues, intentar construir una nueva teoría y, a partir de ella, una nueva ideología. Porque tal vez, con el fin de los tiempos modernos, la sociedad ya no es "pensable" en el modo en que la pensaban los grandes ideólogos que caracterizaron la modernidad”.
Emb. Albino Gomez

Días atrás debatía con mi respetado amigo Albino acerca de las mutaciones que sufrimos en nuestra vida, de cómo el transitar personas, lugares y espacios nos transforma en un provisorio permanente. Y en ese contexto de debate, de cómo hacer el rescate de dichas instantáneas, o en última instancia, con que objeto rescatar? Constituir sustrato?.No lo sabíamos, no nos poníamos de acuerdo y no llegábamos a ninguna conclusión terminante.Él, Albino, me hablaba de su experiencia como Embajador, de cómo la transitoriedad crea un costado de los acontecimientos que impronta segundos. Tan sólo segundos.Yo, Darío, le hablaba de mi experiencia como constructor de lo doméstico, de cómo las posturas y demandas oscilaban al vaivén consumista. Tan sólo días separan una imagen de la otra. Ambos hablábamos en definitiva de pulsiones espasmódicas ha sabiendas que la promesa ha perecido trascurrido el instante Coincidimos en que vivimos prometiendo para un no-mañana, para cada instante posterior con perecimiento inevitable. Ha sabiendas que cada instante deberá ser reconstruido desde tierra, arrastramos el cansancio de vivir edificando entornos y personalidades a-éticas disolubles en la mínima dosis de líquido. Afortunadamente, ambos habíamos pasado por la experiencia del encuentro con El Sr. Bauman, cosa que nos quitó extrañamiento y nos atemperó el impacto del permanente comienzo, el impacto de estar, vivir y hallarnos siempre en el punto de partida. Re-partida que exige desarrollar la capacidad de abandonar para obtener mayor rapidez e inmediatez, que exige mutar de manera completa acumulando trajes viejos a un costado para componer los recuerdos. Actitudes, procederes, principios, valores y personas que desde la superfluidad no pasan del atardecer. Superfluidad que conjuntamente con la indiferencia social depuran las relaciones humanas diariamente. En un solo momento del debate nos pusimos de acuerdo y es que a ambos nos llamó la atención la mutación externa de “ese” que se hacía llamar Sabina, y que sólo tenía en común las letras de sus canciones. A ambos nos surgió la misma reflexión:” los cambios de piel te arrancan incluso contenido, incluso ideología …”Los actores sociales posmodernos resumieron lo profundo, lo interno y lo epidérmico, perdieron dimensión y profundidad, supeditaron el entendimiento a cuestiones superficiales. Los individuos carentes de la profundidad, tienen una planitud pasmosa que destruye la posibilidad de debate, que argumentan desde una evidente ignorancia que los remite a una sociedad diferente. Pero,…lamentablemente…, son la mayoría y nos arrastran a todos.Solos, cada vez más solos, nos aliamos en esta ciudad global. El inconciliable diálogo con la ignorancia nos segrega impiadosamente.Nos despedimos sin promesa de futuro. Nos despedimos con el deber de trascender el momento vivido. En definitiva ambos buscamos una estrategia de supervivencia.

BIENVENIDOS

Finalmente, luego de un largo tiempo RECONSTRUYENDO EL PENSAMIENTO nace al ciberespacio, con la íntima convicción de simplemente incomodar la paz mental.
Desde ya, saludo a los opositores, a los convencionantes, a los autoritarios.
Una cálida bienvenida a los ANORMALES.


DARÍO.

"EL SANTO GRIAL DE TU PIEL". por Darío Yancán






El antes...
Todos los después...

El antes...
... de encender el motor fue clave, les generó dudas.
Sabían como siempre, que de esa noche podría no haber retorno, como de otras tantas. En realidad sabían que no hay retorno alguno, que la dirección ya está escogida, sus
ancestros se lo dicen, se lo muestran.
Como siempre, Deseo ya había realizado su tarea. Ya había quitado casi todos los límites. Se ordenaron como layers sobre un cuerpo y tomaron el control de la carne.
Siempre hubo reticencia entre Ellos, como si pudiesen ser independientes uno del otro. Olvidan que existen gracias a su complemento, que el otro les da sentido. Pero nunca se reconocen virtudes, siempre tratan de excluirse. Esfuerzo inútil hacerse desaparecer entre si, al fin y al cabo todos acaban reunidos en la carne.
Simplemente se olvidan que son sólo pliegues.
Adictos al alcohol, Ratio y Sensus terminaron la botella para despejar los restos que Deseo no pudo quitar. Era necesario borrar todo rastro de vida cotidiana, de generar un lugar de encuentro donde todos se puedan sentar a la mesa y departir sus hastíos.
Salvo Continnius, que seguía resistiendo el encuentro, el resto, incansables, retomaban la discusión sobre el abandono de Aural.
Intimamente se convencían que había sido un triunfo de Ratio..., mentira, Aural nunca quiso hablar.
Con la intimidad esperanzada de sostener que ninguno ha ganado, siguen al acecho entre si.
Uno dijo, no se bien cual de Ellos fue -"...siempre hay tiempo para saldar cuentas impagas"-.
También con Aural.

Indefectiblemente iban al encuentro de Falo, que siempre habita su exterior y está a una distancia prudente para generar el espacio y evitar conflictos diarios. Nunca se suma a las discusiones. Es especialmente concreto, sin planteos ni fundamentos.
El celo de todos lo mantiene apartado también, sólo por ser tan primitivo, tan venal, y eso los enferma. Saben que finalmente es él quien se apodera de ambos cuerpos y maneja la situación de manera instintiva.
Más de uno de ellos desearía ser un poco más fálico.
El espacio entre él y los demás siempre es desaprovechado, les podría servir para generar nuevas relaciones entre los cuerpos pero siempre se van en discusiones inútiles y así, consumido el tiempo, él se queda con la situación.
Su espacio es tiempo, es prudente espera y acecho.
A veces es tiempo muerto. Los tiempos de los cuerpos no son iguales, y eso Falo no lo entiende, para él solo vale su tiempo, se ha vuelto tan egoísta, ... en realidad jamás fue generoso ni se detuvo a pensar, nunca se llevó bien con Ratio, son demasiado antagónicos.

Iban hacia un nuevo rastreo.
Un nuevo cuerpo.
Un nuevo motivo de discusión.
Un volver a buscar, a tratar de descubrir,
el lugar esperado.
Suave creían.
Ese lugar común
de ser buscado con la esperanza de hallar paz, residencia permanente. Siempre se reeditaba la dualidad fundacional de su inquietud, una parte de sus
pliegues pugnaban por vivir en ese lugar, por siempre, otros, en cambio, traccionaban por el permanente derivar.
Terminó el rítmico pasar de las columnas de iluminación, el viaje se había hecho corto, temerario. Siempre manejar al filo de las adicciones los alegra.
La labor de Deseo es buena, inhibe hasta la más profunda conciencia. Lo que mejor hace es lograr tal nivel de fragmentación, de desintegración que permite la creación de momentos inconsecuentes, irresponsables, autónomos, que desaparecen con el día.
Cada acto de fragmentación revela una potencial esquizofrenia subyacente. De ahí la habilidad para mentir o para la ficción.
Cómo identificar el nuevo cuerpo?.
Cómo que saber que era ese?.
No lo habían escogido por la gran cantidad de posibilidades de hallarlo en él. En realidad parecía carecer de la turgencia reclamada desde la idealización compuesta hasta ese día. En realidad parecía carecer de todo ideal.
Ahí estaba,
indefectiblemente.
Era ese.
Se veía apropiado personalmente,

- "hola, te estaba esperando." -, dijo al abrir la puerta.
Había subido.
Terminó un espacio de tiempo.

Todos los después...
... parecieron precipitarse. Fue un vahído inesperado.
Todo el esfuerzo de Ratio por proponer una jornada inocua se precipitaba estéril. Se
dieron cuenta al instante primero, aquel en que Sensus la vio aparecer entre las mesas vacías de la esquina. Aquel en que Continnius, como de costumbre, pidió no parar.
Él paró.
Eligió una nueva puesta a prueba.
Sin distinción de objetivos ni motivos, todos los después cayeron en coincidencias
tales que se unificaron. Los límites y las diferencias entre Ellos habían caducado ante Ella.
El mismo desfilar de columnas para volver al punto de arranque, pero ya no estaban
solos. Ella se les plantaba desafiante, atractiva, con frío.
Era un instante crucial, el que se adelantara, dominaría la situación.
Se miraban de reojo. Se miraban con recelo. Siempre supieron que su gran debilidad han sido las pasiones, que ellas los desestructuran, los hacen confundir. Trataban de no vivirlas y no tener nada que ver. Por eso en general las evitaban, saben que les temen. Ellas los entregan a todos y cada uno, desnudos y débiles, sin resguardo.
Para no tener incertidumbres pasionales, recurren a cosas sencillas y explícitas, por
lo general a transacciones económicas, frías, calculadas, sin esperas.
Ella los anticipó a todos y anuló cualquier estrategia.
Tan sólo lo besó.
Y le tomo su cuerpo y le dio el de Ella.
Sin saberlo se prestaba al juego de rastreo. Intentarían rastrear ese espacio caliso,
entre el seno y la axila, consideraban que allí podría estar el placer. El espacio del entreé, entre un órgano y otro, compuesto de distancia, espera, prisa, olor, tiempo.

Distancia y tiempo.
No rastreamos ningún sitio en especial porque no podemos definir un lugar, se carece de límites físicos y geográficos. Sólo recorremos distancias en un transcurrir del tiempo. Estamos en una continuidad sin lugares, con cambios de relieves, no hay punto
donde empezar ni terminar, no hay zona naturalmente marcada.
Nunca llegaremos, no rastreamos el llegar; nuestro grial es el ir hacia, para luego tan sólo retirarse hacia otro recorrido, el recorrer el intersticio deliberadamente ignorado y detenerse en el tiempo que lleva el recorrido. El juego era muy difícil, detenerse en el tiempo, detenerse en el recorrido.

La detención eliminando el recorrer
, qué contradictorio.
Los cuerpos nos dan motivos ofreciendo las estaciones, topografía donde hallar el grial, los entreé son elegidos por cada pliegue en un acto de fe. Cada uno guarda la esperanza de estar bien. Recorren el sudor, las cicatrices, recorren los bellos, y las marcas en la piel del sostén.
Generalmente, alguno, cambia el camino por los tirantes que lo llevan al pelo para encontrar allí otro motivo.
Él tiene su lugar definido y está convencido de su futura residencia.
Del seno a la axila
se forma un conjunto sin límites, hacia el centro del pecho y
hacia la espalda. Es todo continuo, nunca se termina, la piel es un continuo, continúa,
nunca hay límites ni reglas en cuestiones de piel.

Cada pliegue siempre se apoderaba de su placer, olvidaba el objeto, lo apartaba deliberadamente, eso es lo que hacían habitualmente,
esa noche no pudieron, el objeto que pertenecía a Deseo, les salto encima de todos juntos y separados. Ya no tuvieron salida.

Todos eran consientes, había pasado.
Hubo algo que salió mal se plantearon...... qué es? No se, quizás no era lo/a que buscaban. Quizás ese lunes eras un lunes más, con un después, después del después y nada más. Otros pensaban que quizás, sean las ganas de ser distinto a todo lo conocido por Ella, y en el fondo, siempre ese sentir heroico de cuento.
No sabía porque le gustaba, tanto, diferentemente. No había racionalidad posible. No tenía ni fin ni finalidad, tan sólo era bonita, verla y hacerla bonita.
Ella lo mantuvo despierto, no le permitió dormir desde el interior de Él; en ese preciso lugar se le hospedó.
Todos conocían ese efecto, el de la vigilia total a fuerza de drogas, de miedo, pero hoy era diferente, la vigilia era estimulada por una presencia tendida a su lado. Cuánto tiempo hace que no se sentía en ese estado. No había forma de dormir, no tenía ni lógica ni razón de ser se, planteó Ratio.
Para que dormir si tenía la posibilidad de rastrear reiteradas veces, había que derivar.
Ella le proveyó de un estado y una geografía desconocida. Jamas había tenido tanto placer ni de tal manera. Hubo un pedido de clemencia, hubo un ruego... de todos. Ya conocían el dolor de lo fingido, de la posibilidad esperanzada puesta en el lugar equivocado.
Ella aceptó el desafío y sintieron miedo. Habían generado un momento terriblemente consiente que no desapareció con el día.
Sensus ya había pasado por estas situaciones y sabe de su incapacidad para el abandono de la expectativa del otro.
Ratio siempre cargó con la responsabilidad de no saber mirar hacia otro lado. Siempre sostuvo que: "conocer te hace partícipe y cómplice". Ahora sabían de los miedos mutuos.
Dio un crédito y creyó que no hubo fingimiento alguno. Ni más ni menos.
En realidad no le podían dar crédito, eso complicaría aún más las cosas. Ratio quiso utilizar la misma postura que usó con Aural. No se lo permitieron. Indefectiblemente la escisión que se había producido entre Ellos fue tan profunda que jamas podrían volver a componer un solo cuerpo, el paño estaba roto y la noche terminada.
En un último esfuerzo diplomático buscaron dar clausura al tema, decidieron desaparecerla. Ella se retiró unos pasos para volver...
y dijo -"me gustaría cenar"-

A los dos días el teléfono sonó -"acepto la cena"-.
Al parecer algo había quedado, y para saber qué, hará falta más tiempo que una noche.


"LA GUERNICA” de Calixto Arias.



Las galerías de arte, últimamente, adolecen de un estricto sentido de linealidad, en realidad, la contemplación de una obra sufre de visión lógica. Lógica que yuxtapone razón-estética-placer, que supedita el placer de contemplar a la razón contemplativa mediado por lo estético. Pasos de un supuesto intelectual que posiciona actores y da ubicuidad a fuerza de distancia, límites, roles.

Ubicuidades,

fuerza,

distancia,

límites,

roles, que dichos por separado no pasan de meras sustantivaciones, que articulados en una actitud, corporizan una forma de relación entre la obra y el crítico.
Quien crea, quien contempla y quien juzga tiene un sentido, estabilizado, tranquilizador.




El día que tu silueta se interpuso entre la obra y mi rol, condicionó los cánones.
Tú o la obra? Quién es quién? Cuál es, ahora, el objeto de esta contemplación?

Arte caos, dilución de los sitiales, autor obra espectador.

La mirada fotográfica, detenida sobre tus planos superpuestos acumulados, sin secuencia temporal. Cada parpadeo fijaba una imagen estática. Frente, perfil, espalda. Secuencia que a gritos solicitaba una continuidad.

Artilugio modernidad, espejo roto. Fragmentos de la obra y fragmentos de la belleza. Y frente y perfil y espalda y el todo espacio temporal precipitado.



A contraluz. A contratiempo.

Perfil a contraluz de contrastes blancos y negros, de línea de borde de tu cuerpo, límite de interior y exterior. Dentro de tu línea de borde se reúne lo que está oculto a la luz, a lo ajeno, a lo artificial. Dentro de tu línea de acceso ocluso, residencia.
Fuera de tu línea, todo echo pura exterioricidad. De tu línea todo ajeno.

Frente, perfil, espalda. Juntos, una historia, una mirada, una mujer. Mujer por planos de mil combinaciones, puzzle fémina. Arte de combin-arte.

Objeto de las vistas que recorren el salón de punta a punta, en la secuencia que tu cuerpo propone confrontando con la propuesta de la muestra. Arte contra arte, arte de colisión. Colisión de varios focos, distorsión de las centralidades que con tu sola presencia entran en contradicción.



Conciente o inconciente, irrumpes en lugares que centran miradas. Presencia subversiva. Arte terrorista, no orden, anomia.

“Deseo crear un arte hacibo, un arte para no ver, observar, contemplar, un arte de ojos cerrados, un arte del tacto”- dijo el autor.
Hacerte arte, componerte.

Artilugio (arte lugio – arte lúdico) o estrategia?.
Modernidad, piezas, partes.
Plenitud incomplenitud.

Tu figura incompleta, estallada en planos, con huecos, creada con huecos o alguna ausencia casual, sentimientos ocultos, ocultados, lugar recóndito inalcanzable, tu simple individualidad.

Ausencia definida e infinito territorio de la especulación.



Puerta, fin de esta sala…

De la diferencia.


"Al llegar a la esquina, miro los carteles indicadores de las calles, estoy en Arid y Santos Días. Decido continuar dos calles más. Llego a la esquina de Arid y Santos Días. Otra calle y estoy en Arid y Santos Días, sigo y Arid y Santos Días, otra, Arid y Santos Días, Arid y Santos Días, Arid y Santos Días, Arid y Santos Días, ... creo que todo da igual, siempre estaré en el mismo lugar..."


Nos sería difícil concebir la ciudad sin poder diferenciar los distintos lugares, sería un eterno retorno al mismo sitio. Daría lo mismo cualquier posición, cualquier calle, cualquier esquina, cualquier casa. Todas y ninguna sería mi casa, las serían todas o no tendría ninguna. Yo sería mi vecino o aquel otro ciudadano.

¡ No...yo soy esto, soy diferente a mi vecino. Soy un individuo, una individualidad. Soy una identidad !!!.

Así me reconozco en el vecino que es mi diferente. Dado que él es alto, puedo decir que yo soy bajo. Me da una referencia. La presencia del otro diferente, finalmente me da sentido de ser.
El esfuerzo por tener un lugar seguro para una identidad, a veces nos sumerge en la ingenuidad o en el suicido.
Digo ingenuidad porque creer que el eliminar la diferencia, al diferente, al que no se encuentra en el mismo punto de pensamiento que yo, para cuidar mi lugar seguro, me va a permitir estar a salvo de ver evidenciadas mis falencias en el espejo de la crítica, de la crítica de su sola existencia.
Digo suicidio porque si arraso la diferencia, me arraso a mi mismo. Pierdo parámetro de comparación, ya no se si estoy abajo, arriba, a la derecha o a la izquierda, pierde sentido saberme hombre o mujer si no existe la contraparte.
Puedo repetir el proceso de Genocidio Argentino y producir la limpieza étnico - política de todo pensamiento diferente en pos de forzar una supuesta UNIDAD. En realidad no me quedaría la paz de la UNIDAD... sólo estaré en el vacío.