jueves, 21 de mayo de 2009

"SOLIDARIDAD CON HORACIO POTEL" por Reconstruyendo el Pensamiento

LOS DUEÑOS DE LA CULTURA vs. HORACIO POTEL

El régimen de derechos de autor se fue de madre, hace un rato largo.

Este régimen, que tenía originalmente el objetivo de promover la publicación de cierto tipo de obras para ayudar a la difusión de la cultura, se ha convertido en un monstruo sobredimensionado e incontrolable, cuyo principal efecto es poner obstáculos a la difusión de obras de todo tipo, incluyendo algunas en las que no tiene el más minimo sentido, como por ejemplo los programas ejecutables de computadora.

Un ejemplo reciente de la disfuncionalidad del sistema de derechos de autor en el actual contexto social y tecnológico es la querella penal promovida por la Cámara Argentina del Libro (nombre poético si los hay, toda vez que los agrupados en la cámara no son precisamente libros, sino editoriales) a un docente de filosofía de la Universidad de Lanús, Horacio Potel, por sus sitios web Nietzsche en Castellano, Heidegger en Castellano y Derrida en Castellano, en los que ponía al alcance del público, en forma gratuita y sin fines de lucro, una completa relación de los textos, vida y obra de los tres filósofos, además de fotos, biografías, comentarios y enlaces.

La demanda carece de mérito en el caso de Nietsche, ya que éste que murió en 1900, y por lo tanto los derechos comerciales sobre su obra expiraron en 1970, y es probable que el aspecto penal de la querella no prospere porque para que lo haga deberían demostrar intención de dolo, pero tanto en el caso de Heidegger (1889-1976) como el de Derrida (1930-2004), la publicación de obras de estos autores sin autorización de los titulares del derecho de autor puede ser vista, efectivamente, como una violación de la letra de la ley 11.723. Para un juez, este hecho probablemente baste para considerarlo culpable, al menos en el fuero civil. Es posible, incluso, que un juez no tenga más remedio que declararlo culpable, ya que su función es aplicar la ley, y no cuestionarla.

El resto de la ciudadanía, sin embargo, tenemos una pregunta muy difícil que contestar. Específicamente: ¿es justa una ley que permite condenar a una persona cuyas acciones claramente benefician a la sociedad en su conjunto? ¿Cómo se justifica una ley promulgada con el objetivo de promover la difusión de la cultura, pero que castiga a las personas que dedican su tiempo y esfuerzo, sin remuneración, precisamente a difundirla?

Los sitos de Potel son visitados por estudiantes de filosofía de todo el mundo hispanoparlante, que a través de ellos tienen acceso a textos que de otra manera estarían fuera de su alcance, ya sea porque son demasiado caros o porque sencillamente no se consiguen debido a que las editoriales las tienen fuera de imprenta o no están presentes en sus países. La riqueza social generada por los sitios de Potel, medida en términos de difusión de cultura, supera así con creces cualquier presunto perjuicio que las editoriales puedan argumentar haber sufrido. Darle prioridad a la posibilidad de lucro de éstas por sobre la posibilidad de acceso de todos es coronarlas definitivamente como dueñas de la cultura, de todas las obras creada por otros. Pidiéndole una imagen prestada a Richard Stallman, estamos destruyendo dos pesos de riqueza común para generar un peso de fortuna personal.

Es dudoso que las acciones de Potel hayan tenido una influencia negativa en las ventas de esos textos: no es lo mismo una publicación en la red que una edición no autorizada de un libro, que sí compite directamente con el producto de la editorial, y quienes compran libros rara vez consideran a un sitio web como un sustituto adecuado. Es posible, incluso, que más de una persona haya decidido comprar algún libro de Heidegger o Derrida luego de leerlos por primera vez en el sitio de Potel.

Pero supongamos por un momento que la existencia de los sitios de Potel hayan tenido algún efecto de reducción de la ventas de los libros de estos autores, ¿está justificado socialmente impedir la actividad de Potel para permitir que continúe la de de las editoriales? Al fin y al cabo, el valor social de la actividad de las editoras está en que, durante un cierto período histórico, fueron un agente razonablemente eficaz para la difusión de la cultura. Si hoy disponemos de mecanismos mejores para la misma tarea ¿qué sentido tiene prohibirlos para mantener vivos los antiguos mecanismos, inferiores tanto en eficiencia como en eficacia?

Es posible que Potel sea condenado por sus acciones. Si eso ocurre, será por haber violado una ley anacrónica, injusta y contraproducente, que ya es hora que repensemos desde el principio.

HORACIO POTEL A JUICIO POR DIFUNDIR FILOSOFÍA

El docente de filosofía en la Universidad de Lanús en Buenos Aires, Horacio Potel, se enfrenta a una pena de entre un mes y seis años de cárcel por infringir Ley 11.723 de Propiedad Intelectual, del Código Penal argentino.

Potel ha sido incriminado como responsable de las webs sobre Nietzsche, Heidegger y Derrida, abiertas en 1999, 2000 y 2001.

Estos sitios permitían descargar de forma gratuita escritos de los tres filósofos, además de biografías, fotos, enlaces y comentarios para facilitar el conocimiento y el aprendizaje de sus doctrinas.

El abogado Raúl Alejandro Ochoa, apoderado de la Cámara Argentina del Libro, inició una causa criminal contra el profesor de filosofía. La querella se produjo tras una queja de Les Editions de Minuit, a través de la embajada de Francia, en cuyo catálogo figuran obras de Derrida.


Si bien la denuncia se formuló solo por el sitio dedicado a Derrida, la Unidad de Delitos Tributarios investigó también los otros dos. Finalmente como medida cautelar Potel tuvo que desactivar las webs de Derrida y Heidegger, no así la de Nietzche que por su fecha de fallecimiento es de dominio público.


“Invito a mis denunciantes a que me digan, dónde puedo encontrar el material que con su acción judicial obligaron a destruir, en qué librería se puede comprar, en qué biblioteca se puede consultar“, critica Potel.

“Yo tardé años en reunirlo. Muchos textos no pueden ser adquiridos y aún así están protegidos por leyes de propiedad intelectual. Además los precios de las editoriales extranjeras son prohibitivos para los latinoamericanos“.

Mientras Google sigue situando los sitios desactivados entre las primeras respuestas a las búsquedas por nombre de los autores, en varias redes sociales han aparecido varios grupos de apoyo (incluyendo en Facebook) a la labor de promoción filosófica de Potel.

El profesor recibe diariamente mensajes de solidaridad de académicos, estudiantes y autores tanto de Argentina como de otros países.

La mayoría de estos mensajes hacen referencia a la importancia de la difusión de las obras de Derrida y Heidegger en países en los que el costo de los libros hace prácticamente imposible su adquisición para miles de estudiantes.

“Nunca lucré ni tuve la intención de lucrar con la publicación de las páginas. En 1999 estaba fascinado por las infinitas posibilidades que la red ofrece para el intercambio de conocimientos. Estos sitios son mi mejor obra, y para mí es trágico haber tenido que removerlos. Son el fruto de muchísimo trabajo y fueron totalmente financiados por mí. No entiendo por qué tanta necesidad punitiva por parte de una corporación que dice defender la lectura, la educación y la cultura“.

Pero al parecer lo único que defiende la Cámara Argentina del Libro son los derechos de los herederos de Derrida.

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domingo, 17 de mayo de 2009

ADIOS MARIO BENEDETTI por Darío Yancán.



LA MUERTE DE UN POETA, NO ES UNA MUERTE COMÚN.
NO ES LA DE UN HOMBRE COMÚN, PEDESTRE, CANSADO.
NO ES LA DE UN POLÍTICO, LA DE UN SACERDOTE.

SE MUERE UNA PARTE DE NUESTRO SENTIMIENTOS,
SE MUERE UNA FORMA DE AMAR LA VIDA,
SE MUERE UN HOMBRE CON MIRAR DISTINTO.

GRACIAS MARIO, POR HABERLE PUESTO LAS PALABRAS
DONDE LE FALTABAN A MI AMOR.


CORAZÓN CORAZA

Porque te tengo y no
porque te pienso
porque la noche está de ojos abiertos
porque la noche pasa y digo amor
porque has venido a recoger tu imagen
y eres mejor que todas tus imágenes
porque eres linda desde el pie hasta el alma
porque eres buena desde el alma a mí
porque te escondes dulce en el orgullo
pequeña y dulce
corazón coraza

porque eres mía
porque no eres mía
porque te miro y muero
y peor que muero
si no te miro amor
si no te miro

porque tú siempre existes dondequiera
pero existes mejor donde te quiero
porque tu boca es sangre
y tienes frío
tengo que amarte amor
tengo que amarte
aunque esta herida duela como dos
aunque te busque y no te encuentre
y aunque
la noche pase y yo te tenga
y no.